Con pasajes de nu-metal, stoner y un frenesí de pedales desenfrenados: Errante y Beduino, dos bandas exponentes dela ciudad de Rancagua, nos entregan su Split (2017) colaborativo junto a estudios Equinox con más de media hora de experimentación.
El disco comienza con un DMT sonoro realizado por Beduino, hablamos de “Cielo Herido”, un tema que viaja por callejones sin salidas, un maldito
laberinto introspectivo que no encuentra fin durante los siete minutos que
perdura la eterna interrogante: “¿Qué pasó con las canciones que hablaban de la
depresión?” acá hay una clara respuesta. Una introducción minimalista de dos
minutos que pasa a una distorsión intensa en su dinamismo. Un tema que al
escucharlo en vivo se traduce en un verdadero deleite.
Para los que llevan tiempo escuchando al power trío de Errante pueden afirmar que en cada
nuevo disco encontrarán la continuación del anterior, pero ojo, el guión viene
siempre con nuevos giros. En la segunda
canción, “Entre la Razón y el Afecto”, un desgarrador “Jebu” (voz y
guitarra) nos invita a no limitarnos, evadiendo siempre al modernismo lleno de
envidia y mantener nuestra esencia sin importar las consecuencias.
Con más fuerza y una clara conceptualización, “La Tristeza del Hombre Común”, es escogida por Errante como la canción sublime para despedirse del Split.
Martillando al ego con un post nu- metal llegando casi a los diez minutos en
esta eterna derrota sin final. Sin duda los muchachos siguen con esa hambre de
abrir camino a un underground que en verdad, hace rato dejó de serlo.
Volviendo a la psicodelia musical, Beduino nos presenta un cierre de alto nivel con “PrimeraLluvia”. Ácida, y llena de catarsis es sin duda el más tema desértico
que podremos escuchar en este material. Un EP que a voces alta grita… ¡LO BUENO
VIENE EN FRASCO CHICO!
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